En los términos de Alejandro Querejeta Barceló
Primeras impresiones /02 En los términos de Alejandro Querejeta Barceló S uele un viejo amigo que trasiega materias reusables con provechoso plus para su jubilación, aparecer de tanto en tanto con algún libro cosechado a orillas de una calle, donde alguno quiso ponerlo con un poco de pudor, para que lo encuentren otros que todavía leen. «A ver si llega a interesarte», dice, como si de verdad dudara el que porta el obsequio, cuando la casualidad que siempre ocurre es aceptarlo y estrujar la lista de lecturas para que el tomito sea pasado por las armas de la curiosidad, antes de encontrarle un resquicio en alguno de los dos libreros desbordados. Si más ajado que otras veces ― por pobre de papel, o demasiadas manos, o inclemencias del tiempo―, el último volumen de este año trajo en el título un algo de prestigio, de hecho tan añejada su fuente como si de los clásicos viniera, y con firma de un autor que no acababa de hallar en la memoria. Pues Los términos