Epístola sobre el arte Todavía sus canciones inundan el aire, barren de las calles el polvo de carencias y mediocridades. El archipiélago ganó por unos cortos años aquella voz sin academia,   letras que soñaban en el mismo lenguaje de esos días su escogida ternura.   Fernando Borrego Linares falleció el 26 de noviembre de 2002, al cabo de una semana de silencio. Un año después presentábamos el libro Polo, Cantor de la montaña , ocasión memorable en el Obispado de Pinar del Río.   Habría debido estar allí el cantautor nacido en la Sierra del Rosario, o al menos sus compañeros de música, la orquesta convocada a otro solemne compromiso. No pudo ser la ocasión de escándalo que hubiera sido. Qué bello disturbio en la importante calle de la ciudad occidental, a viva voz   los presentadores de la obra, a viva voz el autor de la escultura que llevaron también, el cuadro, los poemas, la canción que le dedicaron. Luego partir coreando a gritos los montones de es...