Diálogo en la costa
DIÁLOGO EN LA COSTA
Era un viejito seco, de ropas gastadas y un sombrero de otro siglo en la cabeza pequeña al igual que su cuerpo. Nos encontramos al pie del torreón de la Chorrera; uno deambulando por sorprender algo nuevo y no sabido en las artes pesca, él, sencillamente descamando unos pescados acabados de desembarcar, no parecía cansado ni que le importara demasiado los años que portaba.
Declara su nombre con amabilidad, con modales antiguos y algo raros en la orilla: él era Jorge Gómez de la Maza y Rivero y sí, sobrino de un Gómez de la Maza antiguo, Federico, muy sabio en materia de peces cubanos.
¿Usted recuerda a que edad comenzó a pescar en el Malecón?
Yo empecé a pescar con una varita de sardinas en el Espigón en el año 26, fue cuado lo del ciclón, yo tenía nueve años. Y luego ese mismo año fui a pescar afuera en una arribazón que hubo de pargos, después que pasó el ciclón. Fui con mi abuelo. Cogimos como unas 70-80 libras de pescado. El me dijo, Oye, tenemos que irnos porque el bote no aguanta más. Yo nada más estaba bota agua y bota agua y entonces no pescaba, porque si no botaba agua nos hundíamos.
¿Pero seguro conoce los mejores pesquero del Malecón?
Yo, si. Uno de ellos llamado la Cueva del Tiburón, el otro le llamaban Donde pusieron la Santa. La Cueva del Tiburón estaba por Infanta, Donde pusieron la Santa era por San Lázaro y más para allá estaba el Castillete. . . Bueno, yo de la orilla he pescado poco, pero en tatos años uno acaba por sabérselos, aparte de que iba mucho a tarrayar. Y más para allá está la calle Gervasio, donde yo nunca pescaba porque eso es un botadero de agua cochina. Yo no me como una mojarra de ahí.
Quería preguntarle algo: en los primeros años que usted salía con su abuelo, qué tipo de avío usaban?
Pita, pita de algodón y la algarrobábamos.
¿Era esa la famosa pita catalana?
No, la catalana era cáñamo catalán. Era una pita que la vendían por libras, no se como se llamaba. Se cuarteaba la pita así (gesto) en los dedos y luego se la sacaba uno de los dedos y la tiraba. Salía muy bien. Y últimamente la algarrobábamos.
¿Con semilla o vaina de algarrobo?
No, el mangle rojo echa como un pitón que, si uno lo arranca, se vuelve otra vez una raíz. Nosotros la arrancábamos porque eso tenía goma. La pita quedaba impermeable.
Yo he de tener algún pedazo de pita por ahí, la verdad que o me acuerdo donde.
¿Usaban plomo?
Sí, el plomo para darle vuelta. ― Con ese “darle vueltas” se refiere al gesto de “revolear” el extremo de la línea, para que gane impulso y el peso de la plomada arrastre la línea aguas afuera lo más lejos posible.
¿Qué tipo de anzuelos?
Anzuelos “de pata” era lo que más se usaba. Creo que eran noruegos.
¿Las gentes no les hacían un ojete?
No, no, se empataban con pita de corojo, esa que usaban los plomeros, y quedaban bien amarrados.
¿La pita de corojo es de corojo de verdad?
Si, cuando ella está fuerte está blanquita y cuando se pone amarilla es que ya está muy vieja. Si hubiera un plumero de pita de corojo, que duraban mucho.
¿Usted tiene idea de cuando se empezó a usar la vara y carrete aquí en Cuba?
Bueno, en el año 30 ya se usaba la vara y carrete.
De este modo seguimos hablando todavía un rato, uno preguntándole si esto es un ronco o un bajonao; si conoció a Hemingway y sí lo conoció, igual que todo el mundo, y alguna vez subió a bordo del Pilar a ayudar como marinero. Y bueno, que ya la pesca en el Malecón no es lo mismo que antes. Uno lo sabe: tampoco ahora es lo mismo que entonces, que era 1993 y uno creía que sabía un poco de muchas cosas, como si eso fuera posible.
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