La poética de Marina Burana

 Marina Burana: Retener las esencias

Ya tarde en la jornada, rebelde de las rutinas de las que dicen se vive, releo cinco composiciones de la argentina María Burana (1986) y advierto su sensibilidad múltiple, una particular percepción de la materia y el sentido a veces inapresable del lenguaje, vuelto como luz o energía en su pureza, a los que sobran interpretaciones sensoriales. 


Mucho aprecio esa voz íntima, esa serenidad que a veces se nos escapa en estos días. Me refiero a ese minucioso tratado de introspección que es Un momento, en el que los rincones feroces de angustia resultan al cabo derrotados por la constancia misma, el testimonio de la poeta. Poemas breves, parecen impresos tal y como surgieron de un golpe de vista, o de respiración que sin avisar se detiene y nos deja un poco levitados, pero un ínfimo segundo nada más, por suerte, que hay que cruzar las calles y llegar al lugar donde el cuerpo es preciso.


A quien la naturaleza le habló desde tan temprano, antes que los sentidos, a través de la voz narrativa de un padre andariego por el mundo silvestre, encuentra como razones llenas de humanidad ese enlazamiento de imágenes, como sol, hierba, nube, mar, caracolas, piedras (Tu nombre), y hará más en El origen: funde en el paisaje el sujeto poético, vuelta una su voz con el contexto que una vez se percibe, es entrañable. 


De pronto nos deslumbra, muestra en estado puro las claves del lenguaje poético de su dominio, anunciando una apropiación que es, creo en verdad, una promesa para futuras lecturas: verbo, objeto mío (Secreto) y percibe el lector valores posibles más allá del sentido físico del término, el acto, el cuerpo o sus circunstancias:


enhebrando abstracciones

(...)

porque no hay dimensión de realidad


Todo un desafío para este modesto versificador asediado por lo cotidiano, lo visual y casi comprobable, como si cada poema tuviera que ser crónica o ciencia del existir. Quién sabe si es posible, pero al modo de usted, Marina Burana, es más probable retener la esencia. Algo que ocurre algunos días, como bien sabe usted.


Le envío algo de lo que poseo, que es mucho menos que lo que habría debido ser, a la edad que porto. Pero cada verso pugna en la comprensión de mi paisaje insular, de ahí cierta resonancia de madera seca, necesitada aun de definir su vocación de casa o lecho amable, o sarcófago. 


Aparte de la publicación de algunos cuentos y un ensayo acerca de la novela de mi compatriota Alejandro Querejeta Barceló «Los términos de la tierra», en la edición por los 27 años de Letralia, titulada «Urbana» (mayo de 2023), fueron incluidos mis poemas Crónica de extramuros, Hombre urbano, Nostalgia hermana, El parque y 6 am. De otras contribuciones en la apreciada revista venezolana le remito los enlaces:


Tres poemas (Suceso, Alternativas y El ferry). 

https:letralia.com/letras/poesialetralia/2021/01/22/tres-poemas-de-ismael-leon-almeida/


Poemas - Pronóstico del tiempo para un invierno habanero (Sacando cuentas, El derrotado, Parsimonia del desmemoriado, Materialismo histórico, Reiteraciones, Versos del reportero, Restos, Diatriba del descalzo) 

https:letralia.com/letras/poesialetralia/2021/12/06/pronostico-tiempo-invierno-habanero/


Dos poemas Relación del paciente incómodo y Huellas

https:letralia.com/letras/poesialetralia/2022/02/28/dos-poemas-de-ismael-leon-almeida/


Téngame por su lector impaciente en La Habana, Cuba.



Ismael León Almeida

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