La poética de Marina Burana
Marina Burana: Retener las esencias Ya tarde en la jornada, rebelde de las rutinas de las que dicen se vive, releo cinco composiciones de la argentina María Burana (1986) y advierto su sensibilidad múltiple, una particular percepción de la materia y el sentido a veces inapresable del lenguaje, vuelto como luz o energía en su pureza, a los que sobran interpretaciones sensoriales. Mucho aprecio esa voz íntima, esa serenidad que a veces se nos escapa en estos días. Me refiero a ese minucioso tratado de introspección que es Un momento, en el que los rincones feroces de angustia resultan al cabo derrotados por la constancia misma, el testimonio de la poeta. Poemas breves, parecen impresos tal y como surgieron de un golpe de vista, o de respiración que sin avisar se detiene y nos deja un poco levitados, pero un ínfimo segundo nada más, por suerte, que hay que cruzar las calles y llegar al lugar donde el cuerpo es preciso. A quien la naturaleza le habló desde tan temprano, antes que los se